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¿Qué es lo que nos motiva?

By Mariana Vazquez - mayo 21, 2021

 


Para responder, ¿Qué es lo que nos motiva? Necesitamos saber que es la motivación.

El término motivación es un concepto que usamos cuando queremos describir las fuerzas que actúan sobre, o dentro de, un organismo, para iniciar y dirigir la conducta de éste. Es decir, son fuerzas que permiten la ejecución de conductas destinadas a modificar o mantener el curso de la vida de un organismo, mediante la obtención de objetivos que incrementan la probabilidad de supervivencia, tanto en el plano biológico, cuanto en el plano social.


Diferencia entre motivos, necesidades, impulsos e instintos 

Los psicólogos por lo general distinguen entre motivos, necesidades, impulsos e instintos. Donde estas, son constructos que explican la conducta.
  • Motivos: son los establecidos de manera principal por la experiencia.
  • Necesidades: son deficiencia, que pueden basarse en requerimientos corporales específicos, en el aprendizaje o en alguna combinación de estos dos. 
  • Impulsos: son aquellos que surgen para satisfacer necesidades básicas relacionadas con la supervivencia, relacionados con la fisiología.
  • Instintos: se llamaba instinto a todos los motivos, que son fuerzas irracionales, poderosas y heredadas comunes a todos los miembros de una especia. 

Motivos básicos

Otro de los aspectos importantes en el estudio de los motivos se refiere a la propuesta que estableciera Madsen, en su momento para proponer la existencia de dos tipos de motivos:

  • Motivos primarios o básicos: con características innatas, son imprescindibles para garantizar la supervivencia de un organismo. Hay que tener en mente los mecanismos de adaptación que cada organismo posee y que pone en funcionamiento para garantizar su vida.
  • Motivos secundarios o sociales. adquiridos mediante procesos de aprendizaje a lo largo de la vida de un individuo, son importantes para incrementar la probabilidad de crecimiento social y personal de dicho individuo en la sociedad a la que pertenece.
En el estudio de los motivos primarios, es importante hacer referencia a algunos conceptos, como el de necesidad, el de pulsión, homeostasis y el de retroacción negativa. 

  • Necesidad: se refiere a aquellas situaciones en las que un organismo experimenta y/o manifiesta carestía, y por eso, la necesidad deriva de la misma, solo desaparecerán si el organismo es capaz de conseguir aquello que le permita volver a su equilibrio habitual.
  • Pulsión: se considera como la manifestación psicológica de una situación de privación, carestía o necesidad biológica. Por lo tanto, la pulsión posee claras connotaciones motivacionales.
  • Homeostasis: equilibrio dinámico, con continuas fluctuaciones, con permanentes cambios. Es el organismo que siempre se encuentra motivado para seguir buscando ese punto optimo que le garantice su máximo rendimiento y adaptación. 
  • Retroacción negativa: es un concepto imprescindible para entender la propia homeostasis. Es un mecanismo que permite detener un proceso actualmente en marcha. Así, cuando existe deficiencia en alguna variable, el organismo lleva a cabo los procesos necesarios para corregir es deficiencia, pero el mecanismo que trata de corregir ese desequilibrio se detiene en un momento. 


¿Jerarquía para las necesidades?

Muchos psicólogos se adhieren a la teoría de Abraham Maslow, un psicólogo humanista que sugiere que los motivos están ordenados. Maslow afirmaba que los seres humanos nacen con cinco sistemas de necesidades, organizados en una jerarquía. Usaba el término "necesidad" de modo muy parecido a la forma en que se utiliza "motivo".



Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas, que defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).

Apetito y alimentación 

Cuando tenemos hambre, comemos, pero si no lo hacemos, la necesidad de comida continuará incrementándose, pero el hambre viene y va. El estado psicológico del hambre no es entonces lo mismo que la necesidad biológica de comida, aunque la necesidad a menudo pone en movimiento al estado psicológico.

Las bases biológicas del apetito:

  • El cerebro le manda señales al estomago, boca garganta y sangre, decidiendo cuando comer y cuando deja de hacerlo. 
  • Estomago: se asocia el hambre con gruñidos y ruidos del estomago o "dolores de hambre".
  • Boca y garganta: Se deja de comer después de un numero razonable de masticadas, sucesiones y degluciones.
  • Sangre: La composición de la sangre proporciona información con respecto al ambiente interno del cuerpo, niveles de glucosa, grasa, y hormona, contribuyen a que el cerebro decida cuando debe activar o desactivar el hambre.
  • Cerebro: numerosos circuitos cerebrales están implicados en el control del hambre. Esta regulada principalmente por 2 regiones del hipotálamo: el centro de alimentación (estimula el apetito), y el centro de saciedad (reduce la sensación del hambre). Y un tercer centro, puede influir en la pulsión de comer alimentos específicos. 
Entonces el hambre es una fuerza de motivación fuerte, con capacidad para frenar estados rivales como la sed, la ansiedad, el miedo a los depredadores y las necesidades sociales.


Motivación y emoción

La motivación y la emoción ayudan a guiar nuestra conducta, donde el motivo es la necesidad o deseo especifico que activa al organismo y dirige su conducta hacia una meta, mientras que la emoción es la experiencia de sentimientos como el temor, alegría, sorpresa y enojo, las cuales también activan y afectan la conducta. 


Motivación intrínseca y extrínseca

Algunos psicólogos distinguen, además, entre la motivación intrínseca y extrínseca.  

La motivación intrínseca se refiere a la motivación proporcionada por la actividad en si misma. Un ejemplo para entender esto, es el juego, los niños por lo general regulan trepar a los arboles, pintan con los dedos y juegan solo por diversión que obtienen de la actividad misma. De igual forma, muchos adultos resuelven crucigramas, juegan golf y se entretienen en un taller principalmente por el gozo que obtienen de la actividad. 

La motivación extrínseca se refiere a la motivación que se deriva de las consecuencias de la actividad. Por ejemplo, un niño puede hacer sus tareas domesticas no porque las disfrute si no para obtener una mesada, y un adulto que odia el golf puede jugarlo con un cliente porque eso le ayudara a cerrar una venta. 

El hecho de que una conducta sea intrínseca o extrínsecamente motivada tiene consecuencias importantes. 

Entonces la diferencia entre la motivación intrínseca y la motivación extrínseca radica en la ubicación de la fuerza que motiva al individuo a realizar determinadas conductas. En la motivación intrínseca la fuerza obedece a factores internos (necesidades, intereses, curiosidad, satisfacción, disfrute, etc.).

En otras palabras, la realización de la actividad produce satisfacción; mientras que, en la motivación extrínseca se debe a factores externos (presión social, recompensa, castigo, etc.). En este caso, la conducta motivada se realiza con el fin de conseguir algo (“recompensas”), y no por el disfrute de la realización de la conducta en sí misma.



Motivos de estimulo

Otros motivos, son los de estímulo que dependen más de los estímulos ambientales que de los estados internos. El motivo de estímulo, es el motivo no aprendido, como la curiosidad o el contacto, que nos impulsa a explorar o cambiar el mundo que nos rodea. Aquí se encuentra la exploración y curiosidad, manipulación y contacto, agresión, logro y afiliación.

  • Exploración y curiosidad: La exploración y la curiosidad son motivos activados por lo desconocido y se dirigen a la meta de “averiguar”. Los psicólogos discrepan acerca de la naturaleza y las causas de la curiosidad, pero ésta se ha vinculado a la creatividad.
  • Manipulación y contacto: Los humanos y otros primates tienen un fuerte impulso de manipular objetos. La necesidad de contacto es otro importante motivo de estímulo. Aunque la manipulación requiere la exploración activa, el contacto puede ser pasivo.
  • Agresión: Cualquier conducta que pretenda causar daño físico o psicológico a otros es un acto de agresión. Freud consideraba a la agresión como una pulsión innata que debe canalizarse por vías constructivas y socialmente aceptables. Otra concepción es que la agresión es desencadenada por el dolor o la frustración. Muchos psicólogos contemporáneos creen que la agresión es una respuesta aprendida, que toma como modelo la conducta agresiva de los demás.
  • Logro: El motivo de logro, un motivo social aprendido, subyace en el deseo de destacar, superar los obstáculos y esforzarse por realizar algo difícil tan bien y tan rápido como sea posible. La necesidad de logro, que varía entre los individuos, se ha medido usando la escala de Orientación al Trabajo y la Familia, un cuestionario que mide la orientación al trabajo, el dominio y la competitividad. Se ha encontrado que un alto grado de competitividad puede de hecho interferir con el logro.
  • Afiliación: El motivo de afiliación, es decir, la necesidad de estar con otras personas, es especialmente pronunciado cuando la gente se siente amenazada. Pero también podemos decidir acercarnos a otros para obtener retroalimentación positiva o para aliviar la ansiedad. Nuestra necesidad de afiliación tiene una base evolutiva que surge del valor de supervivencia asociado con el mantenimiento de los vínculos sociales.


Emociones que dirigen nuestra conducta 

Las emociones, como los motivos, activan y dirigen nuestra conducta. Actualmente, se piensa que las emociones son esenciales para la supervivencia y un a fuerte importante de enriquecimiento personal. Las emociones también juegan un papel importante en la determinación de nuestro éxito, entonces claro que si queremos entender la conducta humana, debemos entender las emociones. 

Emociones básicas: Mucha gente ha intentado identificar y describir las emociones básicas experimentadas por los seres humanos. Robert Plutchik, propuso que existen 8 emociones básicas: temor, sorpresa, tristeza, repugnancia, enojo, expectativa, alegría y aceptación. Cada una de esas emociones nos ayuda a ajustarnos a las demandas de nuestro entorno, aunque de maneras diferentes.  A partir de estas diferencias, los psicólogos distinguen entre:

  • Las emociones primarias, que son compartidas por la gente de todas partes.
  • Las emociones secundarias, que se encuentran en algunas culturas, pero no en todas. 
Un análisis transcultural de la expresión emocional llevo a Paul Ekman y sus colegas a argumentar a favor de la universalidad de al menos 6 emociones: felicidad, sorpresa, tristeza, temor, repugnancia y enojo. Muchos psicólogos agregan el amor a esta lista de emociones. 



     Entonces lo que nos motiva,  son esas fuerzas que actúan sobre, o dentro de, nuestro organismo, para iniciar y dirigir la conducta de éste, ya sea para incrementar la probabilidad de supervivencia, tanto en el plano biológico, cuanto en el plano social, para lograr metas personales. 






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